Ya que estamos en puertas del fin de semana de todos los santos, terrorífico según la horrorosa moda (según mi opinión) importada del mundo anglosajón de Haloween, voy a contar una historia de fantasmas.
No sé si hace mucho que no vais caminando hacía Navadijos, o hacía el cerro de las lanchas (recomiendo la visita a este cerro), ¡bien!, si os decidís, habéis de saber que la calleja de Zonteso, por la que hay que atravesar está imposible de zarzas, siendo muy difícil su tránsito, esto sin duda es culpa del progreso, pues habiendo coches ya no hay necesidad de mantener los caminos que antes bien pisoteados por gentes, carros y yuntas, estaban al día claros y diáfanos. También porque como no se siembran las tierras, al quedar perdidas, nadie acude a ellas.
Esto pasa con muchas callejas, y muchos caminos del pueblo, ¡quien sabe si no pasará con el pueblo al final, que sea engullido por la espesura!.
¿Del progreso o no?, pues en Zonteso además se da la circunstancia, que está embrujada, pues dicen que hay un fantasma que vaga por la zona, y que es el miedo y el pavor, lo que paraliza e impide que se vaya a desbrozar la calleja de Zonteso.
¿Hay algún cazafatasmas por ahí?
De
Navadijos a La Vega
por
la calleja de Zonteso,
vaga
un alma en pena
flaca
de carnes y huesos
Y
anda la calleja
desde
sus apariciones,
llenita
de maleza
soltando
maldiciones.
Pues
no existe el osado
que
ni armado con azadas,
vaya
a quitarle el enredo
habiendo allí fantasmas.
Y
así el fantasma de Zonteso,
(que
nadie ha visto por cierto),
pasea el sudario bien tieso
campando
por sus respetos.
y
las noches de luna llena
se
transforma en hombre lobo,
una
manera como otra cualquiera
de
pasar el rato haciendo el bobo.
Y
es que el fantasma se aburre
porque
no tiene a quien asustar,
piensa
si en un parque de atracciones
le
querrían contratar…
Yo
le diría al fantasma:
¡cámbiese
de lugar!,
múdese
a la calleja las brujas
escóndase
en algún pajar.
Y
en esas noches oscuras,
de
las cerradas de verdad,
haga
sonar sus cadenas
haga
a la gente temblar.
Más
tenga prudencia el fantasma
en
esto de asustar,
que
La Vega es mucha Vega
pa
dejarse acojonar.
No
sea que acabe pa trapos
su
sudario de asustón,
no
sea que acabe en algún cepo
como
raposo o ratón.
Que
a los fantasmas en La Vega
les
cazamos al vuelo,
haga
lo que le convenga
no
se llame después a duelo.
¡Buen fin de semana de Todos los Santos para todos y todas!