Dicen que recordar significa volver a pasar por el corazón.
El verano pasado tuvimos la ocasión de conocer el proyecto "Almealera".
En el local multiusos de las escuelas, asistimos (todos los que quisimos), a una puesta en escena de un ejercicio de memoria y de reivindicación, de unos usos, oficios y estilos de vida ya extintos casi por completo, referido al tema de los molinos harineros.
Aquí inserto el dossier donde se resume, el objeto y objetivo de la escenificación, y todo lo implicado en la misma.
Podéis descargar el PDF con toda la información pinchando Aqui
La verdad es que estuvo muy bien, y veteranos/as del lugar corroboraron acciones, vocabulario (jerga), y aportaron su "grano" de memoria y experiencia con el asunto de los molinos, la molienda, la maquila..., no olvidemos que en el pueblo hubo tres molinos en funcionamiento: el de tío Julián, el de tío Pío y tía Jerónima (en la parte más alto del río), y el molino de Tía Generosa (en el puente Herrán o de los siete ojos como le llaman ahora), y otros molinos eléctricos en el casco urbano como el de Saturnino.
Pasadas unas semanas la chica que hizo el taller, quedó con mujeres del pueblo, e hicieron un recorrido por distintos lugares de la población, diseñaron un mapa, y le contaron historias referidas a cada punto del itinerario.
Recorrieron con ella por los caminos de sus memorias, y todo esto quedó plasmado en el siguiente folleto que a cada una de ellas entregaron:
¿Y vosotros? ¿tenéis también vuestros caminos de memoria?, ¿tienen encrucijadas, callejones sin salida, u os conducen a paraísos particulares y secretos?.
Recordar..., sí, recordar es volver a pasar por el corazón.