Velahí es una expresión en peligro de extinción en La Vega, restringido casi en su totalidad a los habitantes fijos del pueblo, y sobre todo a los de mayor edad, es cada vez más raro escucharla en cualquier conversación.
Es probable, que sin el contexto adecuado,
bastante gente no sepa de lo que estoy escribiendo, ni entienda el significado
de dicho término.
Según la RAE, es una interjección que se
usa para dar por cierto o asegurar lo que se dice, a veces con resignación o
indiferencia. ¡Vamos!, como decir ¡pues ya ves!, ¡es lo que tiene esto!, ¡es lo
que hay!, ¡pues si!, ¡a ver...!.
Pongamos algún botón de muestra:
“Como anda todos los días tras el agua,
buscándola entre gallos y medianoches, velahí que tenga ese aseo de manzanas en
el huerto”.
Manzano casa del médico -agosto 2016 |
“Se soltó la manea, y velahí que tuve que ir
a buscar al burro a “trambashoyas”
Burro cargado- Fiesta de la trilla septiembre 2012 |
“Velahí, lo que le pasó al gato de tío
Jacinto que se enseñó a comer los huevos de las gallinas…”.
Gatito a la puerta de Tío Santiago - Diciembre 2007 |
Pero también se usa para localizar algo que
está a la vista, una especie de refrito de velo ahí, ¡ahí está!, que en
ocasiones se conjuga con género femenino o masculino.
Por ejemplo y para que se entienda:
“¿Donde tienes el botijo, que vengo de
limpiar la era, y tengo el tamo metido hasta el tuétano?, velahí-lo tienes, a
la sombra debajo del carro.”
Botijo y aperos - segadores y lavanderas Fiesta de la peña agosto 2.008 |
“Déjame la tajuela, que me voy a lavar las
tripas del guarro al río, ¿dónde la guardas?, velahí-la debajo el escalerón,
con el barreño de zinc, cógete un almohadón, no se te desuellen las rodillas”.
Tajuela - año 2.006 |
Saboread pues, cuando en una conversación
espontánea, lejos de gracietas o frikismos, escuchéis esa voz, y recrearos como
se hace con los pequeños placeres, que sólo de vez en cuando nos son concedidos.
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