miércoles, 14 de febrero de 2018

EL EFECTO TONGUERAS



Todo el mundo sabe que el patrón de los enamorados es San Valentín, y que no es poca la inestimable colaboración de ese ángel pizpireto llamado Cupido.

En La Vega siempre han sido muy celebrados, y nunca les ha faltado trabajo, porque a ver..., ¿cuántas parejas se han forjado en el pueblo?, yo diría que bastantes.

En un sitio tan pequeño, el roce hace el cariño, y el verano, las fiestas, las noches, las callejas oscuras, las casillas mullidas de heno, el portal de arriba (¡anda que si hablara el portal de arriba...!), las albas trasminando a centeno..., todo contribuye, e incluso da resultados a nueve meses vista, pero si hay un efecto demoledor para estas cosas del aumento de familia, capaz de romper estadísticas, ese es el efecto TONGUERAS.

Las Tongueras es una parte del pueblo, una hoja, donde en años alternativos se sembraba el centeno.

Y digo sembraba, porque desde hace unos cuantos años ya no se siembra nada, y es que el terreno no es muy propicio, las parcelas son pequeñas y abruptas, y no rinde lo suficiente para poner en marcha maquinaria.

Antes si, se sembraba todo el pueblo en hojas diferentes según los años, (es fácil de comprobar en fotos antiguas), y se recogía todo, había mucha gente, e incluso venían jornaleros de otros pueblos, sobre todo de las Hurdes para realizar esta tarea.

Y se tenía observado que el año que se sembraba la hoja correspondiente a las Tongueras, aumentaba el número de mujeres encinta, tal vez porque la cosecha era generosa y eso garantizaba por lo menos el pan.

Foto del año 2005 - panorámica con Hoja Sembrada

Hay un lugar en la Vega
con cierto poder afrodisíaco
pues cada año que se siembra
aumenta el populacho.

¡Muchas familias verás!,
(.- la creencia viene de antaño.-),
si se siembran las “Tongueras”
con niño y pan bajo el brazo.

Fácil es la explicación
la sabe cualquiera...,
será porque no se hace tongo
cuando se va a la era....

Y dicen las malas lenguas,
que lo toman muy a pecho,
ellos y ellas si a estas tierras,
las dejan en barbecho.

Que si les diera por sembrar
¡esto seria la leche...!,
San Martín de las Tongueras
sin olvidarnos del Alberche.




Ahora ya no se siembran las Tongueras, ni trasminan las albas a centeno ni siquiera hay heno en las casillas, realmente ni existen casi casillas al uso, lo del portal de arriba anda en desuso, y la gente tiene la suficiente información sobre contracepción para evitar ciertas situaciones, pero seguro que pervive el delirio de los encuentros furtivos, la emoción de los amores cuando empiezan y son algo íntimo, misterioso y prohibido.

A título informativo, os diré que los restos de San Valentín están en la Iglesia de San Antón de Madrid (en la calle Hortaleza), por si queréis pasar a honrar su memoria. 

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