Todo el mundo sabe
que el patrón de los enamorados es San Valentín, y que no es poca la
inestimable colaboración de ese ángel pizpireto llamado Cupido.
En La Vega siempre
han sido muy celebrados, y nunca les ha faltado trabajo, porque a ver...,
¿cuántas parejas se han forjado en el pueblo?, yo diría que bastantes.
En un sitio tan
pequeño, el roce hace el cariño, y el verano, las fiestas, las noches, las callejas oscuras,
las casillas mullidas de heno, el portal de arriba (¡anda que si hablara el
portal de arriba...!), las albas trasminando a centeno..., todo contribuye, e incluso da resultados a nueve
meses vista, pero si hay un efecto demoledor para estas cosas del aumento de
familia, capaz de romper estadísticas, ese es el efecto TONGUERAS.
Las Tongueras es
una parte del pueblo, una hoja, donde en años alternativos se sembraba el
centeno.
Y digo sembraba, porque desde hace unos cuantos años ya no se siembra
nada, y es que el terreno no es muy propicio, las parcelas son pequeñas y
abruptas, y no rinde lo suficiente para poner en marcha maquinaria.
Antes si, se
sembraba todo el pueblo en hojas diferentes según los años, (es fácil de comprobar
en fotos antiguas), y se recogía todo, había mucha gente, e incluso venían jornaleros de otros pueblos, sobre todo de las Hurdes para realizar esta tarea.
Y se tenía
observado que el año que se sembraba la hoja correspondiente a las Tongueras,
aumentaba el número de mujeres encinta, tal vez porque la cosecha era generosa y eso garantizaba por lo menos el pan.
Foto del año 2005 - panorámica con Hoja Sembrada |
Hay un lugar en la
Vega
con cierto poder
afrodisíaco
pues cada año que
se siembra
aumenta el populacho.
¡Muchas familias
verás!,
(.- la creencia
viene de antaño.-),
si se siembran las
“Tongueras”
con niño y pan bajo
el brazo.
Fácil es la
explicación
la sabe
cualquiera...,
será porque no se
hace tongo
cuando se va a la
era....
Y dicen las malas
lenguas,
que lo toman muy a
pecho,
ellos y ellas si a
estas tierras,
las dejan en
barbecho.
Que si les diera
por sembrar
¡esto seria la
leche...!,
San Martín de las
Tongueras
sin olvidarnos del
Alberche.
Ahora ya no se siembran las Tongueras, ni trasminan las albas a centeno ni siquiera hay heno en las casillas, realmente ni existen casi casillas al uso, lo del portal de arriba anda en desuso, y la gente tiene la suficiente información sobre contracepción para evitar ciertas situaciones, pero seguro que pervive el delirio de los encuentros furtivos, la emoción de los amores cuando empiezan y son algo íntimo, misterioso y prohibido.
A título informativo, os diré que los restos de San Valentín están en la Iglesia de San Antón de Madrid (en la calle Hortaleza), por si queréis pasar a honrar su memoria.
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