A dos días de San Valentín, santo casamentero donde les haya, me he decidido a formular una ecuación sobre la situación sentimental de los mozos del pueblo.
He de decir, que tras considerar una multitud de variables, he llegado a la conclusión de que dicha ecuación no tiene solución.
Partiendo de la siguiente hipótesis o premisa:
"El número de solteros en La Vega es directamente
proporcional al número de tejos no arrojados".
O dicho de otra manera:
"El número de tejos sin tirar, es
directamente proporcional al número de solteros e inversamente proporcional a
la probabilidad de arrimes".
Conclusión:
Si sumamos el
número de tejos no arrojados, teniendo en cuenta que las ganas de compromiso
andan con signo negativo, y que la proporción de siete y una coja no altera el
producto, la expresión resultante indica que la probabilidad de arrimes,
visitas al pajar, revolcones en la era, noviazgos, bodas o uniones de hecho,
tiende peligrosamente a cero, y es directamente proporcional al número de
solteros.
- T = + S = - B
+T = - S = + B
(Donde: T = Tejos, S = Solteros, B = Besos, Bodas)
CUANDO SOBRAN TEJOS, ¡CHUNGO....! = ECUACIÓN SIN SOLUCIÓN
Y esto tendría gracia de no ser por que un pueblo donde no se fundan nuevas familias, tiende también y por desgracia a su desaparición.
¡Anda!, encended unas velitas el domingo a San Valentín, y otras pocas a San Judas Tadeo el patrón de los imposibles y situaciones desesperadas.
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