martes, 25 de julio de 2017

EN LAS LÍNEAS DE LAS MANOS


Esto lo he escrito para un amigo granadino, labrador de olivos, sin embargo es aplicable a cualquier vegato-a, de los que día a día se esfuerzan por sacar fruto de la tierra y su ganado.

Todo el trabajo queda impreso en sus manos, a simple vista se puede deletrear en ellas todo su esfuerzo.

Eso me recuerda una vez en que un chaval iba andando con su novia, pero como iba algo adelantado dejaba la mano hacia atrás para que se la cogiera la novia, en esas se interpuso cierto ganadero que agarró la mano del novio:

"Laostia decía el ganadero, que rápido se dio cuenta que mi mano no era la de la novia, acostumbrado a la suavidad la mía le parecería papel de lija, la soltó como un rayo" 




EN LAS LÍNEAS DE LA MANO
Bendito aquel que mueve la montaña
con la fe y el impulso de su sangre,
el que brinda con rosas o vinagre
según venga la vida o la campaña.

Bendito el que labura las entrañas
y dibuja la tierra palmo a palmo,
con el buen hacer de quien es el amo
y el dominio textil de las arañas.

Bendito el labrador de los olivos
Quijote de almazaras y molinos
que con astros y cielo compadrea,

del hielo la lluvia y el sol cautivo,
surcado en las líneas de las manos
todo su trabajo, se deletrea.