viernes, 19 de abril de 2013

RECETARIO POÉTICO: ODA A LAS MACHACONAS

Que las patatas han quitado mucha hambre, es algo que no voy a descubrir aquí.
 
Son muy versátiles, y se pueden preparar de mil formas diferentes.
 
Con esta entrada quiero hacer un homenaje a un plato muy típico de Ávila y de sus pueblecitos, La Vega incluido.
 
 
 
A mi me da igual que hayan cerrado el Bulli
 
RECETARIO POÉTICO: ODA A LAS MACHACONAS
Un baño burbujeante
recibe a la patata desnuda,
baño de sal con laurel
que la deshace en ternura.
En aceite bien caliente
los torreznos en la sartén
se preparan para el diente
dorando y crujiendo la piel,
en la grasilla de este suplicio
(torreznos a lo inquisición),
hay que añadir un buen pellizco,
de la Vera, el pimentón,
chisporrotea el aceite
cuando le añades el agua,
¡el pimentón que no se queme!
el aroma inunda..., cocina y alma.
Este prodigioso refrito
maridaje hace con las patatas,
que machacadas al puntito
se ponen bien coloradas.
En cazuela de barro
se sirven en la mesa
adornadas con torreznos,
¡sabrosa sencillez de tierra!.
 
Hay a quien además le gusta acompañarlas con aceitunas y cebolla cruda, a mi me gustan solas con un torreznillo o dos, no las comemos muy a menudo, pero tenemos la costumbre de hacerlas para comer el día de Nochebuena, en honor a una tía que vive en Valencia y viene a pasar esos días con nosotros.
 
Estoy por decir, que después de leer esto, alguien se animará a preparar unas patatas machaconas, o revolconas como dicen los de Ávila, o le dirán a la parienta ¡reina, hace mucho que no comemos...!, ¡ya me contareis!, si estáis cerca de Callao ¡avisadme!.
 
¡que hambre tengo!, ¡que hambre tengo!, ¡me comería a Dios por una pata....!.

lunes, 1 de abril de 2013

EN EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN

Hay muchas tradiciones y costumbres, asociadas a ciertas celebraciones religiosas.
 
Una de ellas, ya perdida (yo no tenía conocimiento de ella), me la ha contado recientemente mi madre, y ya que no se lleva a cabo, me apetece por lo menos apuntarla para que por lo menos no caiga en el olvido.
 
Pila Bautismal - Iglesia San Martín Obispo - San Martín de la Vega del Alberche.
 
Era costumbre el domingo de resurrección, acudir a la iglesia con un recipiente, (botella, jarra...), y recoger de la pila bautismal, agua bendita.
 
Dentro del recipiente donde estuviera el agua bendita, introducían de tres a siete "chinas" (piedritas), la cantidad no me la ha sabido precisar con exactitud.
 
Esas "chinas", tal vez a modo de amuleto o superstición, eran arrojadas sobre el tejado de la vivienda si había una tormenta muy fuerte, para protegerla, y evitar que cayera algún rayo sobre ella.
 
Nubes amenazantes sobre la cerrailla - Octubre 2010 - S. Martín de La Vega del Alberche

 
El agua bendita, además se utilizaba en los llamado "bautizos de socorro", que en tiempos antiguos eran de lo más frecuentes.