martes, 26 de febrero de 2019

2º PERSONA DEL PLURAL DEL PRESENTE DE INDICATIVO: LA CASTRACIÓN DEL VERBO EN LA E



Vaya por delante, que mi intención no es burlarme de nadie, y que si hay algo que de verdad me encanta es oír hablar a mis paisanos vegatos, lo que dicen, como lo dicen, como se explican, como se hacen entender, las expresiones, giros y palabras que usan, muchas de las cuales yo misma sólo pronuncio allí, porque como hablar por ejp de trampaleras en Madrid, o como enhebrar en una conversación “artesa” “ajijorrio” “jarranchazo” o “niñarato”.

Expresiones y modos que a unos cuantos años vista con toda seguridad habrán desaparecido, y que yo desde aquí, animo a que sean apuntadas y recopiladas, (y si se desea compartidas), para evitar que se pierdan por el desagüe del olvido.

Dicho esto, pasemos al meollo del tema:

Por comodidad, tal vez por que suene mejor, el caso es que en algunas ocasiones, la segunda persona del plural, del presente de indicativo de algunos verbos, acababa castrado de una “e”, y así vosotros no tenéis, si no que “tenís", no veis, “vís”, no coméis “comís”, ni bebéis “bebís”, ni traéis “traís”, os “ponís” y no os ponéis, y "cogís” y no cogéis…

Memorable fue aquella vez que aquel chaval, jugando a la calva al ir a recoger su canto, les dijo a los que tenían que tirar tras él, “¡NO TIRÍS!,  ¿eh?, “¡NO TIRÍS!”



O aquella vez en que un tabernero le dijo a unos cuantos: “NO FUMÍS, que “sos” va a poner el alma negra…".

Pero el colofón a este anecdotario lingüístico lo puso cierta noche Tío Felix, en el desaparecido chiringuito de Cari y Mode, cuando delante de unos cuantos “jovenzatos” de entonces (hoy ya cuarentones), y calibrando las posibilidades que ante las féminas tenía cada uno de ellos, les soltó: el de… 

(Y aquí hizo referencia al progenitor del chaval, porque en el pueblo si no sabes el nombre de la persona de la que quieres decir algo, la familia es una referencia de la que tirar para ubicar y saber de quién se habla: nombre o mote del padre, madre, abuelo, abuela…). 

Pero sigo: decía Tío Felix: El de…. ¡todavía…!, pero vosotros… (le imagino señalando al resto), ¡vosotros a las “gachises”, ni las “GOLÏS”!.

O sea que por un lado al tiempo del verbo oler, le castró la “e”, pero por el otro le dio el puntito de la “G”.

¡Todo un crack!

A veces esta contracción se aplica también a la segunda persona del plural del futuro de indicativo:

¡Ya veréis!-¡Ya verís!
Ya tendréis!-Ya tendrís
Ya vendréis- ya vendrís

Curiosamente, y a la contra de todo esto, a veces y para algunos, vosotros no venís, si no que “veneis” , ¡toma ya!, pudiéndolo decir bien ¡zasca que te crió!, y el que lo entienda que lo compre…

De todos modos, prefiero mil veces estos lapsus lingüísticos, a toda esa invasión de términos en inglés del tipo Buying, Runing, Trending, que sustituyen palabras de nuestro propio idioma, y que es hacer el “tonting”, y el “bobing”, porque si no nos preocupamos nosotros de defenderle y reivindicarle, no sé quien carajo lo va a hacer.   

Y es que el castellano, es también bastante peliagudo, y tiene su aquel ¿o no?.



viernes, 1 de febrero de 2019

ESTO ARGUYE PERFECCIÓN



Quien bien come, bebe bien,
quien bien bebe, concededme
es forzoso que bien duerme;
quien duerme, no peca; y quien
no peca, es caso notorio
que si bautizado está
a gozar del cielo va
sin tocar el purgatorio.
Esto arguye perfección;
luego, según efectos,
si los santos son perfectos,
los que comen bien, lo son.

(Ruiz de Alarcón)

Merienda en el campo - 2.008

Este poema es muy propicio para recitar al inicio, al medio, o al final de un buen banquete, yo ya me le sé de memoria por si acaso me veo en alguno.


Y también me ha traído a la memoria, a aquel vegato, que enumeraba lo que comían en casa:

“Pues nosotros, comemos unas patatas, un trozo de queso, una “tajá” de lomo de olla, un cacho chorizo, una morcilla, unos huevos fritos, unas sardinas, un poco de salchichón, unos torreznos, una tortilla, unas aceitunas, unas sopas de ajo, unos pipos, una ensalada de pamplina, una olla de berza, unas migas, y luego, luego ya no comemos más hasta que nos da hambre….

Lo que no comentó, es si bebían agua o vino, refrescos (de la pitusa) o aguardiente, y si lo hacían en bota, en porrón, en botella con pajita o se echaban un “vasodoble”.

¿Arguye o no perfección?
Bautizados estaban…
¿Alguien más se apunta a la santidad?

Argúir, ¡menudo verbo!