¡Queridos Reyes Magos!, soy un pueblecito pequeño de la provincia de Ávila, se que ando un poco tarde con esto de escribiros la carta, pero se que como magos que sois, haréis lo imposible por atender mis anhelos.
Tal vez ni os llegue la carta porque a veces la cobertura falla, y andamos a media G, e incluso nos falla el teléfono fijo, incluso en pleno verano cuando no se puede echar la culpa a la nieve (hasta la nieve nos falla ya), del servicio postal no tenemos queja aunque el año pasado se nos jubiló la cartera de toda la vida, pero claro ahora resulta que nos suben el peaje de la AP6, y tengo miedo que las cartas tarden en llegar por vía rodada, porque claro se pone el viaje a coj-n de obispo, que digo yo, que ahora que se habla de la España vaciada y de como poner remedio al desastre (a mi desastre y el de pueblecitos vecinos), lo de andar subiendo peajes a las vías que nos acercan, en realidad tienen el efecto contrario.
No quiero ser mal pensado ni maledicente (menos en un día como hoy donde espero vuestra llegada), pero no se si lo de poner trabas a la vivienda del farmacéutico es una insinuación para que se suprima otro servicio para mis queridos habitantes, y no sólo eso, ya se comenta que no va a haber servicio médico diario, que digo yo, que como se va a apañar la gente mayor para controlarse la tensión, el sintrón, los catarros, si van a tener que desplazarse a 12-15 km (24-30 ida y vuelta), para tratamientos de crónicos, ¿y quien les lleva?, ya sólo falta que falle el cura, y cierren la iglesia, y no quede ni Dios (nunca mejor dicho), para enterrar al penúltimo/a.
Como veis mis deseos son un poco complicados de cumplir, no se si os cogerán en el saco, pero por si acaso, voy a lustrar las botas, las zapatillas, las albarcas, porque soy un pueblo pequeñito pero con mucha ilusión, y con mucha gente que me quiere, y se que entre todos algo se podrá hacer, para que esta noche sea una vez más mágica.
¡Queridos Reyes Magos!, me he portado bien, y os estoy esperando.
