Era el lunes de la fiesta, había acabado el concurso de disfraces, y casi sin solución de continuidad se quedó vacía la plaza.
Allí quedó la orquesta, esa estupenda orquesta que con la plaza desierta, comenzó a tocar aquella canción, que nadie bailó....
¡Que desperdicio!, .- pensé.- , en tanto me imbuía en esa melodía que nadie excepto yo parecía estar oyendo.
¡Que desperdicio!, .- pensé.-, en tanto me deleitaba con esas notas de trompeta, que se rompían en ecos contra los muros de la iglesia, contra el vacío de la plaza y de la noche, y que me arrastraron fuera de todas las conversaciones de alrededor, fuera y lejos de todo en realidad.
No se explicarlo, fue como un chute de magia en toda regla..
De vuelta a la ciudad, sin saber el intérprete, ni el titulo de la canción, apenas un par de frases sueltas, la busqué, la encontré, la piratee (¿a que negarlo?), y a veces cuando me apetece recrear aquel momento, subo el volumen, apago la luz, le doy al play, y la habitación se convierte en aquella plaza vacía del pueblo donde tocaba una orquesta, y yo escuchaba suspendida en algún lugar de la noche....
“......con cada luna vendrás........con la marea te iras…”
“….lejos nos pueden separar, jamás pudiera olvidar…”
Y ni siquiera es mi canción favorita.
Fiestas 2007
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