jueves, 13 de febrero de 2014

MAXI Y EL CUBO DE HUEVOS


Hay cosas a las que uno nunca debe decir que no en un pueblo, sobre todo si te lo dan de buen grado y corazón, y máxime si es algún producto de allí.
 
Así que cuando Maxi, en medio de la ventisca nos ofreció una docena de huevos puestos por sus gallinas, no le dijimos que no, y aunque insistimos en pagarle, nos dijo que no, y que ya veríamos como notábamos la diferencia en el sabor... 
 
Y es que las cosas naturales criadas allí (manzanas, patatas, huevos, la matanza, la leche...), tal vez tengan peor presencia que la que se ven en los mercados, pero en calidad y sabor no tienen rival.  
 
Y como soy muy "retratera", capté el momento, y también le he sacado una coplilla, y copia de todo se lo he enviado a Maxi por correo ordinario, esperando que le haga por lo menos sonreír.
 
Sólo espero que de camino a casa no "cogiera ninguna liebre" en la nieve, y que llegara intacto el cubo y su contenido, y Maxi también ¡claro!.
  
 
 
La Vega - 9 de febrero de 2014
 
 
 
Tiene Maxi unas gallinas
como en La Vega jamás las hubo,
¡tan cumplidoras y finas…!
que le ponen huevos por cubos.
 
Y con ellos prepara Lumi
flanes, rosquillas, rebozos,
y se chupa los dedos Maxi
con grandísimo alborozo.
 
¡Maxi!, ¡cuida a ese ganado
con mucho mimo y esmero!,
no les vaya a entrar enfado,
y te monten una huelga de huevos…
 
Que son las gallinitas
almas también de Dios,
y no basta con decirlas:
¡pitas, pitas!, ¡pon, pon!.
 
Y gracias por la docena
y por mostrarte gratitud
la tortilla de la cena
la comeremos a tu salud.
 
(Y a la de las gallinas)

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