viernes, 31 de octubre de 2014

LA TABLA DE LA CERA

Mañana es el día de todos los santos, como de costumbre en el pueblo (como en muchos otros lugares), se acudirá al cementerio a honrar a los difuntos.
 
Antes además era costumbre que los domingos, las mujeres acudieran a misa con la llamada "Tabla de la cera", a pedir y orar por los difuntos.
 
Era una tabla en la que se enrollaba una especie de vela, la cual se encendía. La tabla había que voltearla a medida que se consumía la cera de la vela.
 
Algunas mujeres llevaban en vez de la tabla de la cera, otras luces como faroles o el "velón".
 
Cada mujer tenía su piedra en la iglesia (por entonces no había bancos, ni luz eléctrica), y sobre esa piedra colocaban una tela y encima la tabla de la cera, y allí rezaban por sus difuntos.
 
Dicen que la piedra era un lugar fijo y que pasaba por línea paterna a la familia, mi madre recuerda que la piedra donde rezaba mi abuela estaba próxima al altar del Sagrado Corazón.
 
El cura rezaba un responso general, e incluso cantaba, y sobre todo lo hacía con más ahínco, al lado de los familiares de los difuntos, que más "voluntad" (dádivas daban...) (poderoso caballero es Don Dinero...¡ya se sabe!).
 
LA TABLA DE LA CERA
Todos los domingos del año,
las mujeres sin faltar uno ni víspera,
a misa llevaban un paño
y la tabla de la cera.
 
Y arrodilladas en su piedra
rezaban con voz comedida,
mientras desenrollaban
a vueltas, la vela encendida.
 
Oraban por sus difuntos
y el cura cuando pasaba,
según como fuera “el unto”
tantas aleluyas cantaba...
 
 
 

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