lunes, 22 de diciembre de 2014

¡Y SE MONTÓ EL BELÉN!

Me ha contado mi madre, que el primer Belén que hubo en la iglesia del pueblo, se compró siendo ella moza, adolescente, parte del dinero salió del cobro de una entrada para ver una representación teatral de la obra "La Gitanilla" de D. Miguel de Cervantes.
 
Ella se acuerda perfectamente, porque hizo el papel principal, el de preciosa, la gitanilla, (seguro que lo bordó porque aparte de que se lo sabía de memoria es que mi madre siempre ha sido guapísima).
 
Representaron en los cuatro pueblos, La Vega, Garganta, Navadijos y Cepeda, y la recaudación (un real o medio por persona), fue destinada a la compra de las figuras del Belén; A los que formaban tan peculiar compañía de teatro, les invitaron a chocolate con bizcochos, con lo que también se sentían bien pagados.
 
Este fin de semana he estado en el pueblo, y me enteré que iban a poner el Belén en la iglesia, así que no quise perder la oportunidad de asistir a visitarlo, pues nunca he visto tal escena en la iglesia.
 
De aquel Belén que se compró en los años cuarenta, quedan a decir de las que custodian estas cosas algunas figuras desportilladas: un angelito manco, un buey "mocho"... (sin cuernos), al que hice fotos para que mi madre pudiera volver a verlos, cosa que le ha hecho mucho ilusión:
 

  
El Belén actual, le han pintado las mujeres del pueblo en unos cursillos de manualidades de hace años, están muy orgullosas de él, dicen que junto con las alfombras que tejieron, es lo mejor que han hecho de manualidades. También pintaron otros belenes para los pueblos de Cepeda y Navadijos.
 
Tendido frente al altar mayor, tiene arena, musgo y un río de papel de plata, y saben que figura pintó cada mujer, y ahora que algunas faltan las miran con melancolía, e incluso las tienen bautizadas: "este que pintó tía Esperanza seguro que es tío Resti trayendo la leña desde la muela...".
 
Se puede estar de acuerdo o no con las creencias religiosas, con el significado de la Navidad, pero es cierto que muchas tradiciones festejos, celebraciones, tienen que ver en su origen, en motivaciones religiosas, creencias ancestrales.
Y aunque no se comulgue con ellas, es digno de proteger y admirar a los que se esfuerzan por mantenerlas.
 
 
 
 
 
 
Esta entrada se la quiero dedicar a Elisa, Lute, Mª Jesús, y por supuesto a mi madre (aquella gitanilla de entonces).   
 

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