martes, 16 de febrero de 2016

HISTORIAS DE LOBOS

Hacía tiempo que no se oía hablar de lobos por el territorio, lo último que yo había escuchado eran algunas historias de pastores, de cuando en el pueblo había muchas ovejas, y ellos se tenían que quedar por la noche en la red, guardándolas, vigilando la no incursión de esas alimañas, a alterar la paz y el sueño borreguil.
 
Pues tal era la vida de los pastores por entonces, noches durmiendo en la red, con un farolito o una lumbre encendida, de modo que la falda de la montaña aparecía moteada de lucecitas a modo de un enjambre de luciérnagas. Y tenían como eficaces ayudantes, buenos perros mastines, que al cuello la carrancla, hacían frente a las fieras lobunas.
 
Carrancla
Pese a la observancia, a veces los lobos hacían de las suyas, (¡anda lato que está la red sin perro....!),  y no se conformaban con matar una oveja, o un carnero, o un borreguito, a veces la escabechina ascendía a veinte o treinta ejemplares de una atacada, lo que les hacía pensar que los lobos no sólo mataban para comer.
 
Alguna fábula hay en La Vega con lobos.
 
Cuentan por ejemplo que cierto vecino, llegó a la Vega caminando, (o en burro, no recuerdo), seguido por unos lobos, que no se le acercaron porque trajo un escobón, o el mechero de yesca encendido.
 
 
Otra historia que he oído, es que un lobo mató en unos corrales en los cervunales a 30-40 carneros, y para poder salir del corral, les amontonó en una esquina, para subir sobre ellos y escapar. A mi esto me suena poco verídico, pero...
 
Lo que si era verdad, es que cuando abatían algún lobo, los cazadores, llevaban y enseñaban la presa a todos los vecinos del pueblo, e incluso le exhibían en pueblos limítrofes, y era costumbre, que la gente, los vecinos, en pago por haberles librado de una temible amenaza, les obsequiaran con lo que buenamente pudieran: vino, huevos, alguna nochebuena de chorizo o de bútago, ¡lo que tuvieran!. Y uno de esos cazadores, recordaba especialmente lo bien que les trataron las mujeres de "San Tolomé" (San Bartolomé de Tormes). 

Ahora los lobos vuelven a campar por nuestros territorios, y de nuevo la pesadilla para los ganaderos, que no olvidemos son los que mantienen vivos y en pie nuestros pueblos. Hay que tratar de encontrar una solución y un equilibrio por difícil que sea.

Para terminar propongo de banda sonora, el tradicional y archiconocido romance de la loba parda, que refleja muy bien las cuitas de los pastores, y la lucha eterna a la que están condenados hombres y lobos. 


 
 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar aquí tu opinión, (si quieres ¡claro!)