miércoles, 29 de marzo de 2017

LA TAMBORA




La historia que voy a referir a continuación está localizada en esta zona, a la derecha del arroyo Espinosa por detrás de la fuente que lleva ese mismo nombre, en el lugar llamado "Las corraleras".

Dicha historia nos la contó cierto señor del pueblo, cuando se acercó a nosotros una madrugada de las fiestas del año 86-87, (bueno madrugada tampoco sería que ya había salido el sol, y ni nosotros ni el señor nos habíamos acostado todavía).

El señor hay que decir que estaba con la melopea, eso explica que se sentara un poco con nosotros en las escaleras del bar de Rosa, y nos explicará sin venir a cuento lo que pasó en las corraleras, que aunque la frase final con la que concluyó el relato (aspavientos, entonación y gestos incluidos), pueda llevar a la risa, lo cierto es que tiene todo un trasfondo de tragedia.

Nos contaba que en su infancia, como eran tantos en casa no sobraba nada de comida, entonces la madre de este señor le dijo:

.- ¡Anda hijo!, no tenemos casi para comer, así que llévate el perro y deshazte de él, porque si no tenemos para comer nosotros ¿como vamos a dar de comer al perro?.

El hijo obediente, se llevó al perro a este lugar, le sacrificó, le quitó la pelleja, y con ella hizo una tambora....

.- ¡Y como cantaba el perro después de muerto....!

(Remató este señor que acabó durmiendo la mona en la chorreta). 


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