viernes, 1 de febrero de 2019

ESTO ARGUYE PERFECCIÓN



Quien bien come, bebe bien,
quien bien bebe, concededme
es forzoso que bien duerme;
quien duerme, no peca; y quien
no peca, es caso notorio
que si bautizado está
a gozar del cielo va
sin tocar el purgatorio.
Esto arguye perfección;
luego, según efectos,
si los santos son perfectos,
los que comen bien, lo son.

(Ruiz de Alarcón)

Merienda en el campo - 2.008

Este poema es muy propicio para recitar al inicio, al medio, o al final de un buen banquete, yo ya me le sé de memoria por si acaso me veo en alguno.


Y también me ha traído a la memoria, a aquel vegato, que enumeraba lo que comían en casa:

“Pues nosotros, comemos unas patatas, un trozo de queso, una “tajá” de lomo de olla, un cacho chorizo, una morcilla, unos huevos fritos, unas sardinas, un poco de salchichón, unos torreznos, una tortilla, unas aceitunas, unas sopas de ajo, unos pipos, una ensalada de pamplina, una olla de berza, unas migas, y luego, luego ya no comemos más hasta que nos da hambre….

Lo que no comentó, es si bebían agua o vino, refrescos (de la pitusa) o aguardiente, y si lo hacían en bota, en porrón, en botella con pajita o se echaban un “vasodoble”.

¿Arguye o no perfección?
Bautizados estaban…
¿Alguien más se apunta a la santidad?

Argúir, ¡menudo verbo!



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