domingo, 22 de marzo de 2020

EL JABÓN DE LA ABUELA


Una de las tareas en la que tenía que ayudar todos los veranos a mi abuela Ene, era en la de la fabricación del jabón casero, si bien era una ayuda muy subsidiaria, ya que el peso del todo el proceso lo llevaba ella en exclusividad.

Siempre lo hacía en el jardín de casa y por la tarde, y no podré olvidar nunca ese aroma un poquito rancio que acompañaba el proceso.

La fabricación de jabón de sosa no es de ahora precisamente, y en La Vega era muy habitual que en cada casa se fabricara el propio, a la vez que reciclaban el aceite o grasa que ya no utilizaban para guisar. (Eso que entonces aún no se había inventado la palabra reciclar, tal vez porque todo se aprovechaba y reutilizaba).


Ingredientes para la masa:
un kilo de sosa
seis litros de agua,
seis litros de grasa.

¡cuidado no toques nada...!,
¡que la sosa quema!, es abrasiva....
todo lo mezcla la abuela
en un caldero que “tizna”

Y remueve con un palo
concentrada..., y mucha ciencia,
siempre hacia el mismo lado,
hasta alcanzar la consistencia.

¡ahora sí!, ¡acércate ¡
que me tienes que ayudar,
en este cajón de madera
 la mezcla vaciar.

Aún la mezcla esta blanda
la alisa y extiende mi abuela,
la corta en porciones cuadradas
como tarta de ciruelas.

Ahora toca esperar
que solidifique y asiente,
y ya tenemos jabón
hasta el año que viene.

Todos los veranos la misma canción,
siempre esa tarea en la lista...:
la abuela haciendo jabón,
yo de ayudante de alquimista

Y recuerdo aquel jabón
sin marca, sin olor,
que dejaba sábanas y ropa,
muy blancas al secarlas al sol.

Y nada que envidiar al fairy
al coral, al mistol,
quita muy bien la grasa
del puchero y cucharón.

Y las manos suaves
para el pelo sin contraindicación
ni champú ni acondicionador
el jabón de la abuela, era lo mejor.

Yo, ¡pues eso!, ayudaba a volcar la mezcla, y me encantaba lo de cortar el jabón, era como un bloque gigante de turrón de Jijona, y luego una vez seco, a colocarlo en algún cajón, para utilizarlo.

Aparte a veces para lavar o lustrar calderos, usaban la llamada piedra jabonera, y también ceniza.

En los tiempos que corren, vendría muy bien tener un stock de jabón en las proximidades, o lejos muy lejos coronavirus indeseables y mortíferos. 

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