Estoy segura, que quien más y quien menos tiene un lugar, un rinconcito, donde se siente en comunión con el mundo, donde se encuentra conectado con el universo, donde simple y llanamente se siente uno reconciliado y en paz con la vida.
El pequeño oasis que me salva del mundanal ruido, para mí, está en La Vega.
Allí donde me esperan.
Allí donde me esperan,
las rosas y el romero,
la menta y los manzanos,
el acebo y la mimosa.
Allí, donde me esperan...
(Madrid 6 de julio de 2.014)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes dejar aquí tu opinión, (si quieres ¡claro!)